Del 15 de agosto al 30 de septiembre, la escuela Bauhaus de diseño organizó una gran exposición, cuyo proyecto estrella fue la creación de una “casa modelo” (Haus am Horn), proyecto en el cual participaron todos los talleres de la escuela. El resultado fue una vivienda unifamiliar relativamente modesta, que estuvo sujeta a unas cuantas controversias.
Aunque fue el estudio particular de arquitectura de Walter Gropius (director por aquel entonces de la Bauhaus) el que llevó adelante la dirección de la obra, el diseño de la casa corrió por cuenta del pintor Georg Muche, otro profesor de la escuela, quien a punto de contraer matrimonio, planificó la vivienda ideal en la que podría vivir su familia.
La visión de Muche se materializó como una casa unifamiliar de planta cuadrada, de un solo nivel y varios cuartos soterrados para la lavandería, almacenamiento y la caldera. Su aspecto exterior era austero y geométrico: un cubo blanco del que sobresalía otro cubo más. En el centro, la sala de estar estaba más elevada que el resto de las habitaciones, como un cubo dentro de otro, en la pared sobresaliente se fijaron ventanas. Se accedía a este núcleo desde un pequeño recibidor, en tanto a su alrededor se agrupaban el resto de las dependencias.
En el ala izquierda se ubicaba la cocina, desde la que se podía acceder por el recibidor, el comedor y la habitación de los niños. En el ala derecha, las habitaciones de huéspedes, el despacho, dormitorio del señor y el baño, mientras que la alcoba de la señora estaba ubicada en el eje central tras la sala de estar.
Las críticas fueron diversas pero duras. Por un lado los más negativos (que rechazaban a la misma Bauhaus) fueron principalmente la prensa local, que llegó a calificar a la casa como un “refugio polar, un tanque para tuberías de alta presión o la calificaron de guarida de mal gusto”. En tanto las críticas más fundamentadas resultaron escasas, aunque fueron hechas principalmente hechas por los defensores de la escuela, quienes no ocultaron sus objeciones al diseño.
Finalmente, dos años después, en 1925, se publicó dentro de la colección de los libros de la Bauhaus un segmento dedicado a la Haus am Horn, que dejó de llamarse “casa modelo” (Musterhaus) para denominarse “casa experimental” (Versuchschaus). Quedaron documentados varias fotografías y dibujos, que mostraban los interiores, los novedosos materiales empleados y denotaban las características del aislamiento térmico y acústico, también así la calefacción central, lavandería, calentadores de agua, etc. Además, contaban con reseñas que detallaban las empresas suministradoras, talleres y personas implicadas en su diseño y realización.
Es destacable el detalle de que la Haus am Horn, que estaba muy lejos de ser un proyecto de “necesidades mínimas” y ser un alojamiento barato, tuvo más usuarios potenciales en la clase media o la burguesía empobrecida, que por los cambios sociales de la época, debió prescindir del servicio doméstico, recayendo el mantenimiento en manos de las amas de casa.
Fuente consultada: http://www.ub.edu/gracmon/capapers/mercedesvaldivieso.pdf
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